Susana Cruz.
Cancún, Qroo.- La indiferencia de la Comisión Federal de Competencia (COFECE) profundiza las prácticas anticompetitivas y monopólicas de Quintana Roo en el mercado de ferris y ha convertido a esta región en un caos.
La quiebra operativa y legal de los ferrys desatada por el estallido de unas instalaciones en Barcos Caribe de la familia Borge, es apenas una muestra de la descomposición de ese sector donde las autoridades federales y locales han quedado rebasadas por omisión o por indiferencia.
En medio de la crisis, la Terminal Marítima de Punta Venado operada por Calizas Industriales del Carmen, S.A. de C.V. (Calica), subsidiaria de Vulcan Materials Company de J. Thomas Hill, decidió imponer un esquema de prácticas anticompetitivas.
Calica, que detenta una concesión para operar una terminal pública, decidió intercalar los horarios de las navieras que prestan servicios de Cozumel a Punta Venado: Ultramar y Transcaribe.
La medida que se considera una práctica monopólica absoluta, fue notificada a los usuarios por la compañía de ferris Transcaribe, para prevenir sanciones de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) de Alejandra Palacios. La medida a través de la que Calica reparte el mercado, elimina horarios y obliga a Transcaribe a sacar de operación uno de sus ferrys.
La aprobación de esta medida tendría que haber sido validada por la Dirección de Puertos a cargo de Alejandro Hernández. Aunque la concesionaria no ha informado del trámite.
Otro ejemplo de este desorden, es la negación sistemática de permisos para prestar servicios a otras navieras, por ejemplo a la estadounidense Lumene Cosmetic SA de CV., que presentó una inconformidad ante la Unidad de Investigación de la Cofece, de Sergio López y notificó a la Secretaría de Marina (Semar), de Francisco Soberón Sanz.
Mientras la API QRoo entregaba permisos y asignaba a la quebrada rutas a Barcos Caribe, a Lumene le cerraba la puerta, la misma suerte ha corrido la empresa del conocido empresario marítimo Juan Pablo Vega Arriaga, logró entrar a las rutas de Quintana Roo en condiciones de desventaja frente al sistema de preferencias montado a favor de Naviera Ultramar y sus subsidiarias.
Vega, esperaba un respiro, debido a la crisis de barcos off-shore al servicio de Pemex, después de que sus embarcaciones de pasaje basadas en Ciudad del Carmen, Campeche, que antes trasportaban cientos de petroleros a las plataformas, han visto disminuida sensiblemente su actividad.
La exigencia de imponer reglas claras en el mercado de transporte de pasaje que, – este año superará los 5 millones viajes, solo en la ruta isla Mujeres-Cancún y 13 millones de viajes en todas las rutas de ferris en todo caribe mexicano-, ha sido requerida en diversos momentos a la Cofece y a la Secretaría de Economía de Idelfonso Guajardo.
El ex senador por Quinatan Roo Gabriel Avila, promovió un punto de acuerdo, con el fin de que esas autoridades con la SCT de Ruiz Esparza intervengan para el establecimiento de regulaciones que permitan un desarrollo equilibrado de ese mercado, sin embargo el Congreso desoyó el llamado.
Y es que al menos en los últimos 12 años la Administración Portuaria Integral (API) de QRoo, manejada por Javier Zetina en el sexenio de Felix González Canto y en el de Borge por Ercé Barrón, ha representado intereses de las autoridades sin que ningún regulador pueda intervenir.
Barrón, sujeto a proceso en la trama de corrupción de Borge, fue una pieza fundamental para la obtención de permisos de Barcos Caribe. El documento a Cofece firmado por el representante de Lumene, Sam Mahjoub acusó posibles infracciones de la API de Quintana Roo, que dirige Alicia Ricalde, al mantener la concesión exclusiva de ferrys entre Isla Mujeres y Puerto Juárez para Naviera Ultramar.
Esta práctica anticompetitiva fue corregida a medias por Alicia Ricalde que autorizo el ingreso de Naveganto y Marinsa, aunque operan en condiciones de desventaja en muelles altamente deteriorados sin condiciones de seguridad.
Ultramar del empresario Germán Orozco de hecho importó el 27 de diciembre de 2017, dos ferrys mixtos de carga y pasaje de alta capacidad a un costo aproximado de 25 millones de Euros, por lo que ahora requiere más recursos para la amortización de estos activos. La flota de carga pasaje llega ahora a las 14 embarcaciones.
Lumene cuenta con el registro ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para operar deportes acuáticos en México y transportar turistas locales en Quintana Roo.
A pesar de haber invertido varios millones de dólares en la importación de los transbordadores Liberty V y El Liberty V certificados por la Guardia Costera de los Estados Unidos, la API QRoo y el gobierno de México, han preferido cerrar la competencia a favor de Ultramar donde existen políticos importantes a tras puerta.