
Por Samantha Rodríguez. Senior Manager, Sustainability CHEP LatAm.
En un entorno cada vez más cambiante e interconectado, las cadenas de suministro deben ser no solo eficientes y resilientes, sino también generar un impacto ambiental y social positivo. Estos objetivos no se excluyen, sino que se potencian mutuamente. Las empresas que integran la sostenibilidad en el centro de sus operaciones están mejor posicionadas para liderar, ya que hoy la sostenibilidad no es una concesión, sino una estrategia clave de crecimiento.
Lejos de ser un centro de costos, la sostenibilidad se ha convertido en un catalizador estratégico para la creación de valor dentro de las cadenas de suministro. Al integrarse en las operaciones, impulsa la eficiencia, fortalece la resiliencia financiera y ambiental, y permite a las empresas adaptarse con agilidad a regulaciones, cambios en el mercado, eventos inesperados y exigencias de los inversionistas. En un mundo marcado por la incertidumbre, estas capacidades son esenciales. Las compañías que lideran en sostenibilidad no solo gestionan mejor el riesgo, sino que también marcan el ritmo del mercado, atrayendo con mayor fuerza a clientes, talento y capital.
Un propósito sólido de sostenibilidad fortalece el valor de marca y genera alineación con socios e inversores que buscan proveedores comprometidos con objetivos ambientales y sociales, especialmente aquellos que contribuyen a metas de cero emisiones netas y reportes ESG con impacto medible. El informe sobre el estado de la sostenibilidad de la cadena de suministro 20241 del Centro de Transporte y Logística del MIT (MIT CTL) y el Consejo de Profesionales de la Gestión de la Cadena de Suministro (CSCMP) destaca la creciente presión de los inversores sobre las empresas para mejorar sus prácticas de sostenibilidad y la alineación de los socios de la cadena de suministro con los objetivos. Estos cambios no son menores, están cambiando por completo las reglas del juego.
La economía circular en acción
La economía circular es un modelo comprobado que genera beneficios tanto comerciales como ambientales. Prácticas como el uso compartido, reparación y reutilización de pallets y contenedores bajo esquemas de “pooling” reducen significativamente residuos, emisiones y costos, al tiempo que mejoran la eficiencia operativa. De acuerdo con una encuesta reciente de Gartner, el 74% de los líderes de la cadena de suministro esperan que las ganancias aumenten hasta 2025 como resultado de la aplicación de estrategias de economía circular2. Al combinar circularidad con colaboración a lo largo de la cadena de valor y el uso de herramientas digitales para monitorear recursos, emisiones y rendimiento, las empresas pueden tomar decisiones más inteligentes, optimizar flujos y avanzar en sus metas de descarbonización. Además, la innovación y la adaptación temprana a regulaciones climáticas emergentes no solo fortalecen la resiliencia empresarial, sino que también ofrecen ventajas competitivas en un entorno cada vez más exigente.
Del Net Zero a la regeneración
La sostenibilidad empresarial está evolucionando de una estrategia de mitigación a una de impacto positivo, donde las cadenas de suministro no solo reducen su huella, sino que restauran activamente el capital natural y promueven la biodiversidad y el bienestar social. Este cambio, que une propósito e innovación, representa una oportunidad clave para construir sistemas resilientes y regenerativos. A través de una mentalidad circular, el uso inteligente de datos y la colaboración a lo largo de la cadena de valor, las empresas pueden alinear sostenibilidad y rendimiento, generando un crecimiento inclusivo que transforma lo posible en realidad.