Pedro Cruz.
Veracruz, Ver. – El grupo naviero francés, CMA-CGM se embarcó en un importante programa para construir una nueva clase de buques propulsados por gas natural licuado como parte de su impulso para llevar la transición energética de la industria naviera al siguiente nivel.
El buque CMA-CGM JACQUES SAADE, el portacontenedores más grande del mundo propulsado por GNL y el barco insignia del Grupo CMA CGM, juega un papel clave en el reabastecimiento de combustible de la flota de GNL del Grupo, que opera servicios regulares entre Asia y Europa.
En noviembre de 2017, Rodolphe Saadé, presidente y director ejecutivo de CMA CGM Group, tomó la decisión visionaria de pedir la compra de nueve bques con capacidad para 23.000 TEUs (unidades equivalentes a veinte pies) con una fuente de alimentación de GNL, la primera en la historia de la industria naviera para buques de este tamaño.
Esta flota pionera es el producto de siete años de esfuerzos de investigación y desarrollo. Ahora opera en la icónica Línea Francesa de Asia del Grupo (FAL 1) que conecta Asia con Europa. La línea ofrece un servicio semanal de 13 arribos durante 84 días. Estos 9 buques estarán inscritos en el Registro francés internacional (RIF).
Tras este pedido récord de nueve portacontenedores de 23.000 TEUs, incluido el CMA CGM JACQUES SAADE y el CMA CGM CHAMPS ELYSEES recientemente entregado, el Grupo CMA CGM ahora opera otros siete portacontenedores propulsados por GNL y tendrá una flota de 26 portacontenedores de varios tamaños para 2022.
Actualmente, el GNL es la solución industrial de vanguardia para preservar la calidad del aire. Ofrece una reducción del 99 por ciento en las emisiones de dióxido de azufre y partículas finas y del 85 por ciento en las emisiones de óxidos de nitrógeno, superando los requisitos de la normativa vigente.
El GNL también proporciona una respuesta inicial al desafío de abordar el cambio climático. Un buque propulsado por GNL también emite hasta un 20 por ciento menos de CO2 que los sistemas propulsados por combustible. La tecnología GNL también permite el uso de biometano producido orgánicamente a partir de desechos agrícolas y domésticos.
El biometano es una energía renovable que emite hasta un 80 por ciento menos de CO2 en comparación con el combustible convencional.