Susana Cruz.
Barcelona, España.- El Port de Barcelona inauguró el Nou Passeig del Trencaones y todo un conjunto de espacios públicos generados en torno a Marina Vela, la nueva instalación para embarcaciones deportivas y de ocio ubicada en la Nova Bocana (Port Vell).
En total, el Nou Passeig del Trencaones y el resto de ámbitos que hoy se ponen en servicio, suman 36.481 metros cuadrados de espacio de uso público y ciudadano. El acto fue encabezado por la presidenta del Port de Barcelona, Mercè Conesa, y contó con la participación de la teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, entre otras autoridades.
El desarrollo de este conjunto de espacios fue posible gracias a la colaboración público-privada entre el Port de Barcelona, que planificó y concesionó este ámbito por un periodo de 35 años, y la compañía Marina Vela (adjudicataria de la concesión), que ha invertido un total de 30 millones de euros en la instalación deportiva y en la ejecución de los espacios adyacentes.
El Nou Passeig del Trencaones, con 400 metros de longitud y 4.920 metros cuadrados de superficie, da continuidad en el Passeig Marítim y recupera el vínculo con el barrio de La Barceloneta que en el pasado tenía el histórico ‘Rompeolas’. Está construido sobre el respaldo del dique del Este con un banco de doble uso, ya que es un elemento de mobiliario urbano y, al mismo tiempo, protege contra los embates del oleaje. El Nou Passeig del Trencaones, que se convierte en el paseo más suroriental de la ciudad, acaba con un mirador con gradas, con unas vistas únicas sobre el Mediterráneo.
Los nuevos espacios públicos se completan con otros equipamientos clave, como la ampliación de la Plaça Rosa dels Vents y los muelles de Marina Vela, un equipamiento innovador y construido con estrictos criterios medioambientales que incluye una marina seca robotizada única en Europa.
Una plaza de 1,2 hectáreas con vistas excepcionales
Así, la plaza Rosa dels Vents ha multiplicado por dos su superficie original, con 6.400 metros cuadrados adicionales, hasta conformar una gran plaza de 1,2 hectáreas con vistas de 360 grados sobre el entorno. Un elemento destacado de este espacio será el Edicle, desde el cual se podrán observar los movimientos automatizados de la marina seca. La plaza también acoge un reloj de sol, obra de Rafael Soler Gayà.
En Marina Vela, los muelles y la plaza Central de la instalación serán accesibles en horario diurno, hecho que aporta 25.167 metros cuadrados adicionales de uso público. Marina Vela ofrece 134 amarres al agua y permite almacenar en la marina seca 222 embarcaciones de hasta 9 metros de eslora y 4 toneladas de peso. Este sistema ha permitido reducir el número de amarres en el agua y, por lo tanto, ha reducido sensiblemente la construcción de muelles y pantalanes, minimizando la superficie de nueva obra marítima y ampliando los espacios destinados a uso ciudadano. Para construir las fachadas de varios edificios de Marina Vela se ha reutilizado material de rompeolas, extraído durante el dragado y sometido a un proceso de trituración.
Esta instalación deportiva integra dos equipamientos más de uso público: la base náutica en Barcelona de la Cruz Roja, con un punto de amarre, y la base de prácticas de la Facultad de Náutica (UPC), con 3 puntos de amarre.
En una futura fase, el ámbito de la Nova Bocana, incluirá la urbanización de nuevos espacios, que sumarán 7.900 metros cuadrados adicionales: la Rambla de la Marina y el edificio Mirador PortaBarcelona, además de un proyecto arquitectónico de tematización que permitirá rememorar el antiguo trencaones desde una perspectiva histórica y cultural.
La Rambla de la Marina, continuación natural del paseo Joan de Borbó hacia el sur, será una rambla elevada que culminará en unas gradas con vistas privilegiadas hacia la Bocana Norte, el puente Porta d’Europa y el muelle Adossat, por una parte, y hacia Montjuïc y la ciudad, de la otra.
El edificio Mirador PortaBarcelona, nexo de unión entre la Rambla y Marina Vela, será un edificio singular concebido como un espacio público y ciudadano, con un restaurante en la primera planta.
Los antecedentes: la apertura de la Bocana Norte
Con la ampliación del Port de Barcelona proyectada el año 1998, la instalación creció en superficie hacia el sur gracias a una serie de importantes actuaciones, como el desvío de la desembocadura del río Llobregat, la construcción del dique Sur y el alargamiento del dique Este (el popular ‘Rompeolas’). En este contexto, se impulsó la construcción de la Bocana Norte, un elemento clave para facilitar el acceso y salida del tráfico marítimo más vinculado a la ciudad: las embarcaciones deportivas, la flota pesquera y los ferris de línea regular.
A raíz de la apertura, el año 2003, de la Bocana Norte, se generó un nuevo ámbito de 15,5 hectáreas en el Port Vell: la Nova Bocana, que se ha ido urbanizando de manera gradual con diferentes equipamientos, como el hotel W, la sede corporativa de Desigual o la sede de la Fundació per a la Navegació Oceànica de Barcelona.
El Plan Especial de la Nova Bocana del Port de Barcelona (2001) definió las edificaciones, los espacios y usos a desarrollar. En las modificaciones posteriores del Plan (aprobadas los años 2011 y 2017) se acordó destinar la nueva dársena a una marina deportiva (Marina Vela) y se amplió significativamente la superficie dedicada a uso público y ciudadano.